Como según yo, había encontrado la forma de deshacerme de algunas cadenas que jalaba en mi grillete, comencé a soñar con la cura de la realidad, incluso sin darme cuenta lo que había comenzando como un año normal en el internado se había convertido en una lucha contante por estar bien, al fin y al cavo podía soportar el cansancio el estrés, la ganas de ver como día a día era igual, soportaba también el dolor y algunos que otros malestares; que otro sentido podría tener todo ahora si ya solo queda el internado más que seguir y terminar, aun con sueños vueltos pesadillas y otros simplemente aguardando que los mantenga en mi mente, al comenzar solo me disponía a terminar. A terminar vaya como sea! Se me habían perdido algunas luces en carretera, ya solo pensaba en dormir y aun falta muchooo vaya que sí!, cuando es que sin darme cuenta comienzo a dar gritos de desesperación por falta de paz y si acaso un poco de inmunidad… no lo sé… al cambiar mi jeans por el uniforme blanco y mis zapatos por zapatillas, cambie el entorno y no pensé que sería tan fácil confundirme entre las paredes, papeles y horas, aun me preguntó si merezco un descanso como el que tengo ahora… es como para dejar que los nervios dejen de pelear en mi espalda, la sangre vuelva correr por mis piernas , tape el agujero de mi estomago y deje a la roja reproducirse y poblar mis arterias. Detesto esta miserable situación, no poder caminar al fondo y no poder soltar las cadenas del grillete, como detesto la inestabilidad y la incomprensión, y acaso el resto en una historia conocida como cuando disparas tu rabia por que escuchar las risa burlona de otro o recostarte en la cama y ver la cabecera cada vez te queda más chica o ya mas escuchar las palabras de tu madre las mismas que a veces extraño. En verdad a veces y con mucha frecuencia creo que al silencio podría encarrilar tantas cosas, si es acaso no se transmuta en mi condena.
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